Las provincias se levantaron
en contra de Darío al haber asesinado a Bardiya, ya que no le reconocían como
legítimo monarca.
Así que Darío tuvo que hacer
un verdadero esfuerzo de propaganda.
Entre otras medidas,
legitima su poder casándose con Atosa una de las hijas de Ciro II.
El imperio carecía de una
administración y organización adecuada, Darío I conseguirá dotar de esta
administración.
Además, convirtió el arameo
en el idioma diplomático del imperio.
Darío I organizó el imperio
en provincias llamadas satrapías, en un total de 20 satrapías. Con un
gobernador que era el sátrapa, dependiente directamente del trono.
Los gobernantes tuvieron que
ser extraordinariamente tolerantes con las costumbres y la religión de cada una,
era un imperio de lo más diverso.
Y no sólo mantuvo la
tolerancia religiosa, en muchos casos mantiene las instituciones políticas de
los pueblos sometidos.
Darío I para organizar el
Imperio puso 4 capitales: Persépolis ( capital religiosa), Susa, Egbatana,
Babilonia ( capitales administrativas).
Instaura una moneda para
todas las satrapías, era el SICLO persa, para el pago de impuestos.
Abrió una línea de
comunicación desde Sardes hasta Susa, era el camino real.
La religión es el
Zoroastrismo.
El antiguo profeta iraní Zaratustra
(Zoroastro en griego) vivió en algún momento entre los años 1500 y 1000 antes
de Cristo.
Zoroastro predicó que sólo
Dios -Ahura Mazda, el Señor de la Sabiduría- debía ser adorado.
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