martes, 12 de diciembre de 2017

TIRANÍA DE PISÍSTRATO




Con sus maquinaciones y habilidad política consiguió el apoyo del “demos” que le concedió una guardia personal para ser protegido.
Logró imponer su tiranía por tres veces intercaladas con periodos de exilio.
(Solón muere en el 558 a.C)
1ª tiranía        560/555? 
1er exilio        555/550? 
2ª tiranía         550-549? 
2º exilio          549-539?
3ª tiranía         539-528
Gobernó con moderación y acierto, más como ciudadano que como tirano.
En su labor destacan :
-Tendencia a favorecer a los más humildes.
- Interés en activar y desarrollar la economía en el Ática
-Gran preocupación en mantener la paz y las buenas relaciones con el exterior.
Atenas se convirtió en una gran metrópolis gracias a su gestión.

Política interior de Pisístrato.
-Reduce privilegios de los aristócratas.
-Fue respetuoso con las instituciones y con la legislación, no modificó leyes de Solón.

Gran impulso de la economía ateniense.
En agricultura hay gran impulso, mejora de condiciones del campesinado, se beneficia:
- La distribución de las tierras que fueran confiscadas.
- Préstamos otorgados por el mismo Pisístrato.
- Mejora de sistemas de cultivos.
-Continúan con el cultivo de viñedos y olivares mucho más rentables con miras al comercio exterior que los cereales.
En el comercio, introduce a Atenas en el ámbito de la industria y el comercio en el Mediterráneo.
- Finaliza la reforma monetaria soloniana y potencia las acuñaciones áticas.
-Desarrolla la industria y la manufactura: la producción cerámica de gran calidad y belleza. Los vasos áticos de “figuras negras” fechados en la segunda mitad del siglo VI a. C.
-Fomenta una flota naval potente.
- Se consolidan rutas comerciales

Llevó una política religiosa que diera popularidad y ganara el favor del “demos”.
Hacía ostentación pública de su piedad y cuidaba las festividades y los cultos religiosos.
Pisístrato potenció el culto a la diosa Atenea, protectora de la ciudad, potenció la fiesta de las Panateneas.
La segunda divinidad fue Dionisio propia del campesinado.

Suntuaria y cultural. Supieron ser generosos con la ciudad realizando grandes obras que embellecieron Atenas. Buscaban transformar Atenas de una aldea agrícola, a una ciudad renovada urbanística y económicamente.

Política Exterior.
Pisístrato entabló con exquisito cuidado las relaciones con el exterior.
 A la tiranía le interesaba una política de paz y de buenas relaciones por doble motivo:
-Para el desarrollo económico y de expansión comercial que se impulsaba en la ciudad.
- La necesidad de afianzarse en un poder que se haya tomado ilegalmente e inseguro.
Elevó a política de Estado lo que había sido contactos y pactos de carácter privado y personal. 

La sucesión de Pisístrato.
Pisístrato murió a causa de una enfermedad hacia 528-27 a. C.
Sus hijos mayores Hipias e Hiparco se hicieron cargo del poder.
Mientras el tirano Hipias se encargó de los asunto prácticos, respetando el legado de Pisístrato. Hiparco  se encargó de mecenas de las artes.
En el años 514 a.C. todo cambió, los posteriormente llamados “tiranicidas”, Harmodio y Aristogitón, atentaron contra Hiparco durante las fiestas Panateneas, y lo mataron.
Los guardias de Hipias mataron en el lugar de los hechos a Harmodio. A Aristogitón lo apresaron, lo torturaron y lo ejecutaron.






LA BODA EN GRECIA




El papel de la mujer está en el ámbito doméstico. Las mujeres como grupo social no tiene voto, no tienen participación política, no tienen participación militar, ni civil. Eran consideradas “menores de edad” de por vida, siempre bajo la autoridad patriarcal de los hombres. Pasaban de la autoridad del padre, a la del marido. Y no es hasta las reformas de Solón que pueden heredar la propiedad del padre, si no había hermano varón.
La costumbre dictó que una mujer griega limita su tiempo fuera de la casa a visitar a sus vecinas femeninas más cercanas. Las excepciones a esta convención social rígida eran bodas, los entierros e indican los festivales religiosos.
 A parte de estos momentos, las reuniones femeninas más comunes, sucedían cuando se encontraban las mujeres de un mismo sector en el pozo de agua, que en general eran comunitarios.
El amor y el matrimonio en Grecia son aspectos bien distintos.
En el banquete de Platón, se habla del amor como tema principal, ahí se recuerda que en una época pasada existían tres especies de humanos: el varón, la hembra y el andrógino.
La diosa del matrimonio y protectora de las mujeres casadas era Hera.
La práctica habitual para quien quiere acordar un matrimonio, es el ofrecimiento de los “hedna” son los regalos, la "dote·".
El matrimonio era un acto privado, por lo que en ese momento no había ceremonia ni registro estatal, pero podía haber un sacrifico y un banquete. Es como “la firma del acuerdo”.

Víspera de la boda.
En este día se dedicaba a la preparación de la novia, y tenía lugar en la casa de su padre, además se contemplaba sacrificios y ofrendas. Por lo que se empezaba con un sacrificio, donde la novia ofrecía en el altar sus juguetes de niña, un mechón de pelo y un cinturón.
Por otro parte, el novio se cortaba el pelo y también ofrecía sacrificio a los dioses.
Además, la novia recibía un baño purificador con agua procedente de una fuente o un río sagrado.

Día de la boda.
La casa de los novios se decoraba con guirnaldas, hojas de olivo y laurel. 
En este segundo día comenzaba un banquete que solía celebrarse en casa del padre de la novia.
Era típico comer pasteles de sésamo. Después un niño, coronado de hojas de acanto y bellotas, y cuyos padres tenían que estar vivos, repartía pan o roscos que portaba en una canastilla mientras repetía que “los novios han escapado de un mal para encontrar un bien”. Después de la comida el novio le quitaba el velo a la novia en una ceremonia, y durante la cual se procedía a la entrega de los regalos del novio. Al finalizar el banquete, por la noche, la novia llevada por su esposo, atravesaba la ciudad en un carro tirado por mulas o caballos hasta la casa del que pasaba a ser su esposo.
Detrás del carro de los novios. La madre de la novia y otras mujeres seguían al cortejo portando antorchas. Las mujeres avanzaban jubilosas y cantaban; las seguían divertidos coros de hombres.Todos avanzaban divirtiéndose al ritmo del baile y el canto, con cítaras y flautas.

Al llegar a la casa del novio, adornada con guirnaldas, hojas de olivo y laurel, se quemaba el eje del carro para que la esposa nunca sintiera la tentación de abandonar el hogar del marido. Luego la familia del novio le daba la bienvenida. Era la madre la encargada de recibirla con una antorcha. Se arrojaba sobre la cabeza de los novios dátiles, higos y nueces, como símbolo de pertenencia al nuevo hogar. La novia era conducida al aposento nupcial. Esa noche los recién casados se reúnen en el thálamos.

Día siguiente de la boda.
Era la ofrenda de regalos y la entrega de la dote acordada.  Los parientes les hacían múltiples presentes. Ese día se celebraba una comida en casa del padre del novio o del propio novio, algo de lo que se excluía a las mujeres. Ni siquiera la recién casada podía asistir, aunque era ella quien tenía la misión de preparar los platos que se servirían durante esa jornada. 
En la antigua Grecia las mujeres comenzaban a contar su edad a partir del momento en que se casaban. Mientras aún no tenía un heredero, a la mujer se la llamaba nymfe, que equivalía a recién casada. Después de tener un hijo era gyné, palabra que significaba plenamente esposa.

¿Qué sucedía si una mujer se enamoraba de otro hombre y era sorprendida?.
El amante era el peor parado. Se le ejecutaba tras un juicio público, pero no siempre llegaba vivo a los tribunales.
El marido agraviado podía asesinarlo impunemente.
Ella quedaba automáticamente excluida de las fiestas religiosas, se le prohibía adornarse y acudir al templo. Además, su marido estaba obligado por ley a repudiarla, aunque su padre podía volver a casarla, si encontraba con quién.
Un hombre podía divorciarse de su esposa siempre que reintegrara la dote a su suegro.
También podía ofrecerla directamente a un nuevo marido, sin pedir la opinión de la interesada.
 Las mujeres podían divorciarse en caso de maltrato, pero no solicitarlo ellas mismas: debían recurrir a un pariente que estuviera dispuesto a representarlas, cosa que raramente sucedía. Los hijos siempre permanecían bajo la tutela paterna.