lunes, 21 de enero de 2019

GUERRAS LATINAS.


Resumen de lo trabajado en clase.
GUERRAS LATINAS.
Con la proclamación de la República, la Liga Latina ( Confederación de pueblos y aldeas cercanos a Roma), viendo los problemas internos de Roma, deciden zafarse de los pactos abusivos de Roma para con ellos y se alían para ir contra Roma.
Volscos y ecuos entonces mantienen durante 150 años guerras contra Roma, son las llamadas guerras LATINAS  de las que saldrá victoriosa Roma. El año 338 a. C., en la decisiva batalla naval de Antium, Roma derrotó a los volscos, llevándose como tesoro: las proas de los barcos volscos, que durante siglos adornaron la tribuna de oradores del foro romano.
Es el fin de los ETRUSCOS que acabarán enfrentándose con Roma, los Galos y con los Oscos.
LAS GUERRAS CONTRA VEYES.
Hay tres guerras contra Veyes: 485 – 474 a.C/438 – 425 a.C / 406 – 396  a.C)
Los etruscos eran habitantes de Veyes, sus luchas contra Roma eran por el control de las vías de comunicación comercial.
Tras los enfrentamientos contra Veyes, Roma acabará con la destrucción de la ciudad etrusca. La ciudad fue incorporada a la esfera romana.
El momento era importante para ambas ciudades, pues marcaba el principio de la decadencia final de Etruria, amenazada por el norte por los galos y al sur por Roma, así como el inicio de la expansión romana, que la llevará a la conquista de toda Italia.
Con el debilitamiento de los etruscos, Roma decide dar el golpe definitivo en la tercera guerra contra Veyes, la cual hacia el 395 a.C fue conquistada y destruida.
La extensa región ocupada por los veyanos se convirtió en romana. Tuvo esta conquista una gran importancia, pues triplicó el territorio del Estado romano, que pasó así de 1.ooo kilómetros cuadrados a 3.ooo, alcanzando su población un número de 25o.ooo habitantes.
Por otra parte, los romanos consiguieron fácilmente asimilarse los terrenos conquistados, porque los labradores de la región veyana eran en su mayor parte latinos. Bastó pues, con eliminar a los nobles etruscos, para que el país se latinizase por completo.
Los etruscos no habían podido establecer en los territorios conquistados sino una capa superficial de nobles y ciudadanos, ya que su población era exigua, y su poderío terminó por derrumbarse tras las constantes guerras contra Roma.
Los galos a inicios del siglo IV a.C  habían penetrado en Italia y protagonizaban una invasión. Comienzan arrasando ciudades etruscas y pretenden llegar a Roma.
Los galos, hablaban una lengua celta. Por aquel tiempo el idioma céltico ocupaba gran parte de Europa.
Las tribus galas eran medio nómadas. No vacilaban en abandonar su patria, cuando esperaban encontrar en cualquier otro punto terrenos fértiles y buen botín.
Además al sur de Italia los etruscos tuvieron otros enfrentamiento, esta vez con los nativos los oscos.
Los oscos, habían crecido poco a poco en poder militar y político, y en cuanto se percataron de su fuerza, se enfrentaron a los etruscos.
BATALLA DE ALIA.
En el 387 a.C. una horda gala, que llevaba algún tiempo recorriendo la Toscana, fue hacia el Lacio en busca de botín.
La batalla de Alia se produjo como consecuencia de la invasión gala de la provincia etrusca de Siena ( al norte de Roma). Un gran ejército galo invade Etruria y  sitian Clusium pidiendo la ciudad ayuda a Roma. La delegación romana que acudió a negociar acabó en desastre al matar Quinto Fabio a uno de los líderes galos, y ante la negativa de Roma de entregar a la familia Fabia, los galos declararon la guerra a Roma.
Un ejército formado por 20.000 romanos al mando de Quinto Sulpicio esperó a los galos en las proximidades del río Alia. Los romanos, que aún combatían al modo de la falange griega, colocaron a sus hoplitas pesados en el centro, con los soldados peor armados en los flancos. El resultado fue que ante la poderosa acometida de los galos, el centro resistió, pero los flancos cedieron, siendo los romanos rodeados y sufriendo una tremenda derrota.
Los supervivientes de la batalla huyeron a Roma, distante apenas 15 kilómetros, y extendieron el pánico. Con el ejército derrotado, los romanos no pudieron defender la ciudad y se atrincheraron en el Capitolio auténtica fortaleza de la ciudad, con armas y víveres.
Se cuenta que en Roma los senadores esperaron inmóviles en el edificio del Senado la llegada de los galos; éstos, al verlos, creyeron que eran estatuas hasta que uno de ellos acarició la barba de un senador. Éste golpeó al galo con su bastón. El galo, aturdido en un primer momento, mató al senador romano desencadenando una terrible matanza senadores. Y del resto de la población, saqueando la ciudad.
En el Capitolio resistieron los ataques galos, mientras la ciudad era saqueada e incendiada. Los galos no pudieron tomar la colina del capitolio, incluyendo el famosos ataque nocturno frustrado por los graznidos de los gansos del capitolio (consagrados a Juno), que alertó a sus defensores.
Breno el galo, pronto se dio cuenta de que a pesar de controlar Roma, había un riesgo real de llegar a un punto muerto potencialmente peligroso para su ejército, escaso de víveres. Probablemente por esta razón el líder bárbaro propuso a los magistrados romanos rescatar la ciudad a cambio del pago de oro.
En ese momento llegó un ejército romano de refuerzo, al mando de Marco Furio Camilo, ordenó que se quitara el oro de las balanzas y que se retirasen los galos; estos se quejaron argumentando que se había establecido un acuerdo definitivo pero Camilo les informó de que él era dictador y ningún tratado hecho por magistrados inferiores era válido sin su sanción.
Ordenó a sus hombres que preparasen las armas y les dijo ”Non auro, sed ferro, recuperanda est patria” (hay que recuperar la patria con el hierro, no con el oro).
Al primer choque los galos sufren una derrota aplastante, huyeron de Roma.
A unos 11 kilómetros, donde se habían reagrupado tras la huida, se produce un segundo combate más prolongado que el anterior y la matanza fue completa.
Camilo regresó triunfante siendo alabado y recibiendo los apelativos de “Padre de la Patria”.
Comenzaron entonces las tareas de reconstrucción y se llevaron a cabo ritos religiosos para purificar los lugares profanados por los galos.